Estudios científicos -más o menos acreditados- afirman que en la práctica, y en la fantasía mucho más, los tríos son relativamente frecuentes. Sobre todo ¡cómo no! entre los hombres.
Confieso que me encuentro entre esa estimable minoría amante de los tríos; y que, puestos a elegir entre las dos posibilidades más habituales, a saber, hombre-mujer-hombre o mujer-hombre-mujer, me decanto por la primera. Fanfarronadas aparte, reconozcamos que una mujer con dos hombres siempre va hacer mejor papel que un hombre con dos mujeres.
Dicho lo cual, a nadie extrañará que me guste con locura ese trío formado por un matrimonio, mi adorada Diana Krall y Elvis Costello, el señor que tiene el gusto de ser su marido, justo al incombustible Willie Nelson, que compuso la canción Crazy en 1961. Como quien dice… ayer.
El gozo de un trío en la cama es la mejor prueba de que el sexo sin amor también funciona y complace. Bsos…. Patricia
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Absolutamente de acuerdo, querida Patricia. Es cierto que el sexo con amor se convierte en una experiencia sublime. Pero creo que -en según que circunstancias- cabe disfrutar simplemente del placer del sexo, que puede ser plenamente gratificante entre dos, a veces solo, o compartido con varias personas agradables. Tres es un número que me gusta.
Tres besos para ti, Patricia linda.
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De acuerdo contigo… la foto lo dice todo… asi me gustaría sentirme, deseada por dos hombres y desbordar nuestros deseos. Diana Krall me encanta, especialmente en esa canción ya que yo también a veces me siento «crazy»…
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Queridísima «crazy» con la que tanto comparto (aunque, todo hay que decirlo, no hayamos compartido esto sobre lo que se está tratando), mereces ser deseada y lo eres, por ser quien eres y como eres.
Besos compartidos, amiga querida.
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